Desmontando el Cesto de los Tesoros

El Cesto de los Tesoros es un recurso educativo pensado a partir de los 6 meses de edad que ya es un clásico y se ha popularizado en escuelas infantiles y hogares de todo el mundo. 

Lo que muchas personas no saben es que el Cesto de los Tesoros (1993) fue ideado por la educadora y pedagoga británica Elinor Goldschmied (1910-2009) y no por María Montessori, a la que muchas veces se hace referencia. Goldschmied ha sido y sigue siendo de gran influencia en la educación infantil y merece especial mención el libro La educación infantil de los 0 a los 3 años que escribió junto a Sonia Jackson y del que hoy haremos referencia. 

El Cesto de los Tesoros: un recurso material para niños sentados

Además de que el Cesto de los Tesoros no es Montessori, otro de los aspectos que hemos parecido olvidar es que el Cesto de los Tesoros se ideó para dar respuesta a los niños a los que se sentaba antes de que lo pudiesen hacer por sí mismos y que por lo tanto se quedaban inmovilizados, dependientes del adulto y en recurrentes estados de frustración y crispación.

Vamos a leer a Goldschmied y que nos lo cuente ella misma en el capítulo del libro titulado El «cesto del tesoro». Recogemos 3 fragmentos:

Fragmento 1:

«A medida que la niña pasa más hora despierta y empieza a sentarse erguida, al principio apoyada en cojines o en una silla reclinable, después si ayuda, se abre todo un nuevo horizonte.»

Claramente vemos como la niña es intervenida y se la sienta entre cojines, por tanto hablamos en todo momento de niños sentados por los adulto y que no han llegado a esta posición por sí mismos.

Elinor ya avisa más adelante en el mismo capítulo que el cesto debe ser lo suficientemente alto para que los bebés que todavía tienen un equilibrio precario al ser sentados (se caen) puedan apoyar el codo de un brazo mientras exploran con el otro brazo (limitando aún más las posibilidades).

Fragmento 2:

«Este periodo en que la niña es capaz de sentarse cómodamente le ofrece un poco más de autonomía, pero también le supone nuevas molestias. Todos hemos observado a alguna niña de esta edad en una actitud atenta y despierta ante lo que ocurre a su alrededor y que, a pesar de ello «lloriquea». La explicación que se suele dar es que está echando los dientes, que tal vez sea verdad en algunos casos, pero puede ser también que simplemente se encuentre aburrida. Las personas mayores no pueden atenderla continuamente, pero el bebé está preparado y a la espera […]»

Elinor, en este fragmento, se da cuenta de las incomodidades que supone para una niña o niño pequeño que se le siente, se da cuenta de que el bebé se muestra molesto, se aburre y se encuentra a la espera constantemente del adulto. No es un bebé que puede explorar por sí mismo y por lo tanto esta «poca autonomía» que dice que ahora gana es una asunción falsa, no ha ganado autonomía, la ha perdido.

Fragmento 3:

«Pero aquí nos ocupamos de lo que se puede poner al alcance de la niña que está sentada, pero que no sabe moverse del sitio aún; un periodo que le puede resultar de gran frustración.«

Elinor, otra vez, da cuenta de la gran frustración que supone para un bebé no poder moverse del sitio.

¿Entonces qué hace Elinor Goldschmied? ¿Deja de sentar al niño para que no quede inmovilizado, pasivo, dependiente y frustrado? No, en su desconocimiento de la posibilidad de otra forma de desarrollo motor que no obligue a los niños a pasar por una intervención completamente innecesaria, lo que hace Elinor es mirar de acercar todo este mundo que el bebé no va a poder explorar por sí mismo metido en una gran cesta de objetos cotidianos y variados: el Cesto de los Tesoros.

¿Cesto de los Tesoros y Movimiento Libre?

Elinor cree que una vez pasado este momento de inmovilidad el bebé gateará o volverá al suelo a rodar y darse la vuelta. Otra vez obvia que los bebés sentados, en muchas ocasiones se saltan la fase de gateo, les cuesta enormemente volver al suelo en horizontal y acostumbran a irse directamente a la posición de pie en cuanto pueden si es que ni son llevados, también por los adultos, de la mano para caminar.

El Cesto de los Tesoros no encaja por lo tanto en un desarrollo motor autoinducido o lo conocido popularmente como Movimiento Libre. Los niños que crecen en libre movimiento se desplazan continuamente en cuanto pueden hacerlo, no se quedan estáticos en un solo lugar, no esperan de forma pasiva que el mundo les sea presentado contenido en un cesto o panera, van en busca del mundo, son bebés despiertos, activos, movedizos, que ocupan y recorren los espacios.

El material desestructurado, cotidiano y abierto

Algo que sí debemos agradecer a la pedagoga británica es la promoción del juego con materiales cotidianos, abiertos, que el bebé pueda explorar, manipular y llevarse a la boca a su antojo, sin que el adulto le indique como debe hacerlo. El papel del adulto en el Cesto de los Tesoros es un papel de observador, que confía en las exploraciones del bebé, le deja decidir con qué objetos quiere jugar y la forma en los que desea explorarlos.

El bebé de los 6 meses a 1 año

El Cesto de los Tesoros, por otro lado, contiene un tipo de materiales variados y cotidianos (no comprados, insiste Elinor) que el bebé pueda explorar con seguridad de los 6 meses hasta el año (entonces entra en escena el Juego Heurístico).

Para este periodo de edad Elinor piensa en materiales que sean manipulados y explorados de 1 en 1, y es cierto que en estos meses, predominantemente, las exploraciones se realizan de esta forma, de un objeto a un objeto: chupar, pasar de una mano a la otra, golpear, lanzar, frotar, colocar, etc y que será cuando nos acerquemos al año que buscarán combinaciones entre objetos más sofisticadas. 

Todos los materiales que propone Elinor para el Cesto de los Tesoros son materiales interesantes para los bebés que permiten infinidad de exploraciones y posibilidades, de esto no hay duda.

Ahora, si acompañamos a bebés y niños pequeños desde el Movimiento Libre, podremos ver que el Cesto de los Tesoros no responde a sus necesidades:

  • Si no lo vamos a sentar, encontraremos un bebé boca abajo con un cesto enorme de lleno de cosas que le va acostar alcanzar y distinguir. La presentación del Cesto está pensada para ser vista desde arriba, no a nivel del suelo.
  • Si ya se desplaza el Cesto de los Tesoros se va a quedar corto, tanto material contenido en un solo lugar no puede dar respuesta a la necesidad de movimiento y a actividad de cualquier bebé.

Desmontando el Cesto de los Tesoros

¿Qué hacemos entonces? ¡Desmonta el Cesto! Sácalo todo y dale aire, repartelo por el espacio. si todavía no se mueve se lo puedes presentar igualmente al alcance y repartido. 

Aunque no se desplacen, los niños que juegan en actividad y libre movimiento, fácilmente acaban pivotando sobre su ombligo o haciendo pequeños desplazamientos no voluntarios, por lo tanto, van a necesitar estos materiales repartidos en el espacio, al alcance y distinguibles. Podemos presentar algún material dentro de otro o en sencillas combinaciones, pero no a mogollón en un solo cesto.

Si ya se desplazan, con más motivo tener todos los objetos de juego y exploración contenidos en un solo Cesto no va a poder responder a su necesidad de recorrer el espacio y enseguida sentirá que no encuentra nada para explorar y se «aburrirá» o irá a buscar (si estamos en casa) todas esas cosas que seguramente no queremos que toquen como cables, lámparas, armarios y cajones. 

Si estamos en el aula de una escuela con niños que se mueven en libertad y hacemos esto de sacar solo el Cesto de los Tesoros guardando el resto de materiales, nos encontraremos que los bebés se aburren y puede que hasta se molesten cuando se encuentren, es como dejarlos sin nada que hacer. 

El trabajo de Elinor Goldschmied es un importante legado para el 0-3 y el mundo de la Educación Infantil, era una pedagoga sensible que trabajó toda su vida por mejorar las prácticas escolares, tenemos mucho que aprender de ella, pero el Cesto de los Tesoros, pese a su popularidad, no es un elemento de juego pertinente cuando queremos realizar un acompañamiento que de una respuesta real a la necesidad de libre movimiento de bebés y niños pequeños. 

Tampoco quiero decir con esto que no podamos usar el Cesto o diversidad de Cestos con distintos y variados materiales, pero si los usamos tendrán que ser accesibles, tener en cuenta la perspectiva del bebé (si ya se sienta o está a nivel de suelo) la cantidad de los objetos, la forma de agruparlos y la disposición en el espacio.

Lo que me sorprende es que nadie haya escrito de esto hasta la fecha y que en muchos libros y publicaciones se siga presentando como recurso educativo el Cesto de los Tesoros (con ínfimas adaptaciones) junto a la promoción del Movimiento Libre. 


Os dejo una pequeña galería de fotos con opciones e ideas de presentación de materiales y objetos cotidianos para el Juego Libre dentro del marco del Movimiento Libre.

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Romina Perez Toldi
¡Hola! Soy Romina Perez Toldi, pedagoga especializada en primera infancia. Trabajo con familias y profesionales para una cultura de la infancia emancipada, un acompañamiento cuidadoso y unas relaciones de calidad desde las que todos podamos crecer en armonía y encontrar nuestro lugar en el mundo.

2 comentarios en «Desmontando el Cesto de los Tesoros»

  1. Curioso, no me lo había planteado de esta manera, aunque ahora que lo dices es evidente que es un recurso pensado para niños sentados.
    Sin embargo, el otro día presenté por primera vez a mi hija de seis una cesta de los tesoros. Aún no se sienta, pero jugando bocabajo tira del borde (los objetos están en uno de estos separadores de cajón de tela), vuelca el cesto y empieza a jugar y a explorar. Ella misma se ha encargado de “desmontarlo” entonces.

    Responder
    • Exacto, ella misma lo está desmontando, facilitemos entonces que pueda diferenciar los materiales sin tenerlos todos juntos a mogollón para facilitar su autonomía y que pueda encontrar distintas posibilidades a medida que se vaya moviendo por el espacio 🙂

      Saludos!

      Responder

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